En el madero.

En el madero, en lo alto de la colina, justo donde el sol dejo ya de alumbrar se encuentra un condenado a muerte, torturado y avergonzado por la multitud que piden su ejecución... algo me dice que es inocente de lo que lo acusan, pero no tengo la fuerza necesaria como para intentar salvarlo, solo soy un tipo sin nada especial, un pastor sin mas que un rebaño de pocas ovejas...pero algo me dice que debo hacer algo.
Subo la colina y noto que sus cercanos están abatidos por la suerte de aquel. Su madre llora y no deja de decir lo que no oigo. Me acerco y lo veo directo a los ojos, en medio de su dolor siento la fuerza de su mirar.

Solo soy un pastor, un hombre sin fortuna ni futuro, frente a un condenado a muerte.

Me pierdo en su mirada, oigo su voz en mi oído, cuida tu rebaño - dice.
Ahí en medio de su dolor, con su voz me dio esperanza y con sus ojos me sonrió...mi interior se ilumino con una luz que antes no conocía...si existe Dios, este es el momento de encontrarlo oí. Me acerqué a su familia y me presente… soy pastor, mi vida es caminar sin rumbo en busca de pastos tiernos para mis ovejas, no soy sabio ni estudioso de las enseñanzas, pero mi corazón me dice que el camino que el dibujo yo quiero recorrer, y seguir las enseñanzas de sus pasos, con sus sentimientos a flor de piel, sus ojos vieron en mi lo que yo nunca pensé tener, y con una voz dulce la madre me dijo…bienvenido.
Desde ahí tuve futuro y fortuna, ya que esta siempre estuvo en mi, sin que la viera…pero un condenado, en el madero, con el dolor del mundo en sus llagas, me la mostro...ahora debo seguir pastoriando a mis ovejas...sonriendo.