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15 de diciembre de 2006

Béslan


Silvana tenía una cicatriz en forma de roza en el tobillo.
Siempre jugábamos juntos en el recreo. Eres linda, le dije una vez, y fuimos amigos desde que nos conocimos.
Una mañana el colegio cerró las puertas y unas personas con armas nos sacaron a todos los niños y profesores de las salas, y nos juntaron a todos en el gimnasio. Silvana estaba conmigo y mi mamá, que era profesora también. Yo no tenia miedo, pero muchos niños y profesores sí...
Las personas usaban mascaras y tenían unas cosas amarradas al pecho… luego de un rato empezaron a colocar unas cajas por los alrededores, algunas profesoras, como la Sra. Martina lloraban calladitas. Silvana me abrazaba y no se me ocurría nada que decir para calmarla.
Algunas veces el señor encapuchado nos gritaba y decía que por culpa de nuestra gente, sus hermanos estaban presos y muchos de ellos muertos…yo pensé, ¿Qué quiere decir?, nosotros solo somos niños, Silvana y yo tenemos ocho años igual que mis compañeros…pero el seguía gritando hasta cansarse… Silvana tenia sed, pero no nos daban agua y ya paso un día entero así.

Despierto con un estruendo. Una mujer con mascara le disparo a dos profesores que intentaron quitarle la pistola…la sangre corre por el piso, haciendo que todos nos apretemos mas y mas. Silvana ahora duerme, se ve linda, cuando cumpla los dieciséis le diré que nos casemos, así nos pondremos viejitos juntos y seremos amigos para siempre.

Han pasado dos días, un encapuchado que tiene alma nos deja tomar agua a escondidas…cuando el jefe se dio cuenta, lo llamó…el encapuchado tenia eso amarrado al pecho y discutía con el jefe que saco algo del bolsillo, se alejo y el encapuchado exploto…sus partes volaron por todas partes, los gritos, el humo…yo me abrazé a mi mama y a Silvana. Los niños lloraban, y mi maestra se desmayó.

Al tercer día una explosión me despertó, ya no se si es de día o de noche, había humo y mi mama no estaba conmigo, tome la mano de Silvana y caminamos a través de ruidos de bala que entraban y salian del colegio, fuego y humo…otra explosión nos hizo saltar hasta la pared, disparaban de todos lados…
A través del humo vi a mi mama, estaba como dormida junto a otras personas, profesores y niños, apilados en un rincon. Cuando la vi, lo supe…mire a Silvana y ella susurrando me dijo, tengo miedo, yo también, le dije. Nos subimos a la escalera, pero el fuego nos cortó el paso, ahí había gente quemándose, se retorcían por el fuego, pedían ayuda, y solo se escuchaban disparos y más bombas. Me queme la pierna y me arde, pero debemos correr, le dije a Silvana.
Una explosión rompe una de las murallas y veo la oportunidad de salir de ahí.
Corrimos tomados de la mano con Silvana, vimos a unos niños tomar agua de un abrevadero, pero alguien lanzo una granada y explotaron todos…asustados corrimos en dirección contraria a la explosión, corremos y corremos…
Vimos unos soldados y vienen a buscarnos. Mientras corremos oímos las balas pasar muy cerca…
Una bala le da a Silvana haciéndola caer, le grito para que siga, pero no me responde…un soldado me toma y lleva, y yo con todas mis fuerzas le grito, Silvanaaa…

Ese día perdí a muchos compañeros de clase, profesores, a mi mama, y mi mejor amiga en el mundo…
Desde ese día, deje de ser niño…
Mi infancia se fue, con todos a los que amaba…
Los únicos recuerdos que me quedan son mis pesadillas... y una cicatriz en forma de roza…

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