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14 de mayo de 2006

A CASA BAJO LA LLUVIA.

Lo primero que viene a mi mente en una fecha como el día de la madre es…una tarde oscura, llovía y las botas pesaban en mis pies. Nada mejor que mojarse de regreso a casa y tomar once en cama, consentido por el calor de mamá.
Aquello era un diluvio, la lluvia era gruesa y las calles estaban inundadas; a mis 10 años me creía el rey del mundo, podía cruzar el agua estancada de un salto, pero para cruzar esas corrientes necesitaba mas que un salto.
Al salir del colegio los “niños bien” se subían a sus furgones amarillos, los que cruzaban los ríos de cemento como si fuera una lancha con una tripulación de niños risueños; ellos llegarían secos y ni siquiera frió alcanzarían a sentir antes que sus pequeños pies tocaran la alfombra de casa, donde la nana los recibiría y les daría sus zucaritas o su leche con chocolate; a los menos afortunados como yo, debíamos esperar que amainara el temporal, algo que no se veía muy probable, o en mi caso esperar a que los padres de mi amigo Jofre vinieran a buscarlo motorizados.
…y vinieron. Luego del chiste sin gracia del viejo Jofre, me subí a la recoleta tal como si fuera un yate 5 estrellas, ahí se subieron también otros 3 amigos, que como angelitos con mirada dulce contemplaban a el viejo Jofre, quien nos llevaría a cada uno, a nuestros respectivos hogares.
La lluvia caía a borbotones a través del vidrio del yate.
Veía a los que no tenían la suerte que yo tenia en ese momento, se alistaban para salir corriendo y atravesar las inundadas calles tan rápido como les fuera posible. Algunos padres aparecían con sus parcas y paraguas llevándose a paso veloz sus retoños. Mientras los veía, un sombrero blanco apareció entre todas las parcas negras, estaba sin paraguas y la lluvia caía sobre él. Limpie mi ventana mientras el viejo Jofre prendía el motor y echaba el último de sus malos chistes antes de partir. Limpie y mire, las gotas se calmaron un momento y la vi, era ella, mi July. Estaba empapada pidiendo permiso para llegar mas cerca de la entrada, mi voz salio corriendo desde mi pecho…MI MAMÁ ¡¡. El viejo Jofre miro el retrovisor e hizo una mueca de desagrado, en voz baja le oí decir…una mas y parezco taxi. Me moví a través de mis amigos y Salí del auto, mire a mi mama y mire la recoleta en la que no cambiamos los dos…
El abrazo que nos dimos aquel día lo recuerdo constantemente, fue el día en el que pensé…amo a mi mamá, caminamos bajo la lluvia, y no importaba por que estaba con mi refugio y mi corazón, cubiertos por el amor de ella.

Aunque ésta es una fecha comercial y todo nos empujen al consumismo, hago un paréntesis pare decirte…te quiero mas que a mi vida mamá.

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